Christopher Uckerman regresa a la tv como protagonista de la serie sobre magia Kdabra, al lado de figuras del cine como Damián Alcázar, Maya Zapata y Diana García.Después de dos años fuera de la pantalla, el ex cantante del grupo RBD Christopher Uckerman regresa a la tv como protagonista de la serie sobre magia Kdabra, al lado de figuras del cine como Damián Alcázar, Joaquín Cosío, Maya Zapata y Diana García.
De ellos, Christopher dice que les ha aprendido mucho. Acepta que el reto es tremendo pero a la vez un parteaguas en su carrera.
“Estoy súper emocionado. Leí el guión y me enamoré; ha sido un gran reto actoral para mí.
Es algo que realmente estaba buscando desde hace tiempo y, bueno, más que nada porque el personaje tiene tres etapas.
Estoy muy contento, y qué mejor que estar trabajando con un gran equipo y los maestros del cine”, comenta el actor en conferencia de prensa.
—¿Qué aprendiste de estos actores que se han formado en el cine? —Muchísimas cosas. De hecho hay escenas, ellos no lo saben —sonríe—, en las que yo los estoy observando.
Me tocó mucho con Damián Alcázar, lo observaba porque me gusta aprender. De su personaje, de nombre Luca, dice: “Es un joven de 17 años que vive en una comunidad religiosa.
Tiene a su padre, que es Ignacio, que lo hace el colombiano Fabio Pubiano, quien siempre lo cuida porque no quiere que salga al mundo real.
“También está mi madre, de nombre Ana (encarnada por Margarita Rosa de Francisco). Cuando Luca sale del lugar mágico, se encuentra con El Majestic, un hotel-casino temático, que se dedica al universo de la magia.
Cuando él llega se cumplen sus sueños. Se topa con dos personas que son muy importantes, uno es René, que es el gran maestro Damián Alcázar y Jazmín, que es la actriz Maya Zapata.
“Se dan cuenta de que Luca tiene poderes sobrenaturales”, indica Christopher, quien a pesar de pretender desarrollar su carrera en cine (está en pre producción de su primera película basada en el terremoto de 1985) dice que no dejaría su carrera en telenovelas.
—¿Y dónde queda ese gusto por la música? ¿Ya quedó enterrado? — No. Obviamente seguimos dándole a la música, a la batería.
Para esta ocasión tuve la oportunidad de juntarme con Gil, de Kinky. Hicimos juntos el tema principal de Kdabra.
Fue una experiencia bastante padre. El agarrar la historia y poder meterla en una canción de dos minutos fue difícil.
De ellos, Christopher dice que les ha aprendido mucho. Acepta que el reto es tremendo pero a la vez un parteaguas en su carrera.
“Estoy súper emocionado. Leí el guión y me enamoré; ha sido un gran reto actoral para mí.
Es algo que realmente estaba buscando desde hace tiempo y, bueno, más que nada porque el personaje tiene tres etapas.
Estoy muy contento, y qué mejor que estar trabajando con un gran equipo y los maestros del cine”, comenta el actor en conferencia de prensa.
—¿Qué aprendiste de estos actores que se han formado en el cine? —Muchísimas cosas. De hecho hay escenas, ellos no lo saben —sonríe—, en las que yo los estoy observando.
Me tocó mucho con Damián Alcázar, lo observaba porque me gusta aprender. De su personaje, de nombre Luca, dice: “Es un joven de 17 años que vive en una comunidad religiosa.
Tiene a su padre, que es Ignacio, que lo hace el colombiano Fabio Pubiano, quien siempre lo cuida porque no quiere que salga al mundo real.
“También está mi madre, de nombre Ana (encarnada por Margarita Rosa de Francisco). Cuando Luca sale del lugar mágico, se encuentra con El Majestic, un hotel-casino temático, que se dedica al universo de la magia.
Cuando él llega se cumplen sus sueños. Se topa con dos personas que son muy importantes, uno es René, que es el gran maestro Damián Alcázar y Jazmín, que es la actriz Maya Zapata.
“Se dan cuenta de que Luca tiene poderes sobrenaturales”, indica Christopher, quien a pesar de pretender desarrollar su carrera en cine (está en pre producción de su primera película basada en el terremoto de 1985) dice que no dejaría su carrera en telenovelas.
—¿Y dónde queda ese gusto por la música? ¿Ya quedó enterrado? — No. Obviamente seguimos dándole a la música, a la batería.
Para esta ocasión tuve la oportunidad de juntarme con Gil, de Kinky. Hicimos juntos el tema principal de Kdabra.
Fue una experiencia bastante padre. El agarrar la historia y poder meterla en una canción de dos minutos fue difícil.
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